A la fecha, hay un número extraordinario de vacunados en Argentina. Tenemos la sensación de que avanzamos hacia algo sumamente positivo. El gobierno ha hecho las cosas muy bien y con enorme esfuerzo buscó contacto permanentemente con países a través de la diplomacia, para conseguir las vacunas que traen esta verdadera tranquilidad de que estamos en el mejor camino. 

Todavía no está todo hecho, siempre está faltando algo y además el mundo tiene nuevas amenazas, como la variante Delta contra la que se lucha de muchísimas maneras, por ejemplo, determinando la cantidad de gente que puede entrar al país.

Si entra la variante Delta otra vez la tragedia nos llevara a 40 o 50 mil contagiados por día. En consecuencia, podemos apostar a que si no entra Delta tendremos chance de ir poco a poco solucionando los problemas que implica conseguir la inmunidad de rebaño.

Jorge Alemán dice que ya es muy difícil contraargumentar todo lo que se ha hecho. Tiene razón, es casi imposible. Eso se ha vuelto prácticamente una teoría inútil. Funciona de todas maneras para la derecha como una adicción y nuestra refutación también, porque todos los días tenemos que hacer lo mismo. 

La derecha se ha apropiado del odio y se puede decir cualquier cosa y te pueden difamar de cualquier manera. Basta con ponerle, aunque sea un modestísimo dique, aunque te pasen por arriba, porque también hay mucha gente que quizás necesita creer que todavía se les puede dar pelea, aunque sea muy difícil. Y aunque la derrota venga en el vientre, viajan en ella una cierta dignidad. 

La derecha odia y desde ahí llegan a tener planteos ridículos, justamente en nombre del desprecio que tienen por la verdad y por la gente. Ahora están con el tema de los varados, esta historia de diez mil personas que ni siquiera se sabe si es ese el número porque han mentido de una una manera feroz. 

El 29 de junio el diario La Nación hablaba de que eran 45 mil las personas que estaban varados fuera del país. Cinco días después, Clarín hablaba de 14 mil en la tapa. ¿Dónde están los otros 30 mil? Son mentirosos de porquería. No tienen vergüenza, no tienen decoro. En esta época no se miente con una consecuencia simplemente política. Ahora la consecuencia es la vida de la gente. 

Apelan a la emoción de no que no podes volver a tu casa cuando el verdadero objetivo es evitar que entre la variante Delta. Si alguien ingresa al país con la variante Delta podría traer la muerte a miles de personas.