Nos hacen lo que quieren. Esta es la realidad y tenemos que resistir dentro de lo posible. Desde la oposición ahora utilizan el tema de los varados para atacar al gobierno. ¿Existe algo más imbécil que estar defendiendo personas que están fuera del país? ¿No sabían a qué se exponían al salir en esta época? Hay más de 100 países con sus fronteras cerradas.

Hacen lío porque la Argentina tiene que tomar una medida es buena para la población. Si uno sale a la calle y se encuentra con 2 mil personas que vinieron desde el exterior, tiene más posibilidades de contagiarse con la cepa Delta que si se encuentra con 600. 

El editorial de Víctor Hugo Morales

Hay que tomar ese tipo de medidas. No hay más remedio. Hemos bancado la pandemia más de un año y pico. No somos chicos, no somos niños, no somos idiotas. Pero no obstante, nos tratan como tales. Nos tratan como chicos, como niños, como idiotas haciéndonos creer que hay un motivo para el enojo, incluso para los que no tiene posibilidades de viajar al exterior. 

Nos hablan de la libertad inmediatamente. Nada más con la sagrada libertad de entrar a tu propio país, una cosa por el estilo. Se hace insoportable aguantar lo que son capaces de hacer desde la oposición. Y lo están haciendo todo el día, todo el tiempo, de todas las maneras. 

Usan el aire de los medios para llamar a gente que está en un aeropuerto, en un hotel, en una ciudad X para que cuenten lo que están atravesando. Ir a un aeropuerto y no poder viajar es una molestia. Pero es mucho más importante defender a la gente, a los millones de argentinos que no salieron de vacaciones al exterior. 

Me siento incómodo manifestando esto. Es como luchar con todas las evidencias contra alguien que en su altísimo grado de idiotez no lo quiere entender. Pero nos hacen todo. Meten lo de los varados, la fake de las córneas. También lo que se dijo de las córneas tiene relación con la reprogramación de vuelos y una cosa por el estilo. Enseguida se prendieron para hacer daño. 

El caso Pepín

Es tan deliberado que yo tengo la esperanza que mucha gente ya esté harta y se dé cuenta de lo que está sucediendo. Hacen cosas mucho más feas todavía como retener presa años y años a Milagro Sala. Permitir que Pepín Simón esté exiliado en Montevideo sin que nadie de su propio partido tenga autoridad para llamarlo. Pero sucede que eso no es una vergüenza para todos ellos. Ellos convierten algo que es una vergüenza, en algo que pasa inadvertido.

Aparece también este hombre, Daniel Funes de Rioja, que ni siquiera es un industrial, es un lobista. Lo ponen en la Unión Industrial para que diga todos los disparates contra el gobierno, que es como hablar en estos momentos contra el trabajador. 

El martes hay una reunión de la UIA y el 9 de lulio Bullrich Y Etchevehere organizarán una nueva locura y gente envuelta en bandera, con sombreros, con botas, haciéndose los gauchos trabajadores, cuando en realidad son los gauchos ricos en las cuatro por cuatro, dando vuelta en alguna plaza tan solo para sentir que dominan el país, que lo pueden, que hacen lo que se les antoja porque no les alcanza con ser ricos, no les alcanza. 

Ellos van por mas. Ellos quieren la humillación del que está enfrente. Ellos construyen desde la depredación de todo, una clase social que para anotarse como tal tiene que despreciar. Por eso, cuando alguien mejora su condición, una clase social mejora un poco la condición, le provoca rechazo. 

Cuando en el 2014, según el Banco Mundial, la Argentina duplicó la clase media hay también en esas clases sociales que se sienten tan poderosos, un cierto fastidio. Porque los alcanzan, porque los ven disfrutar y no quieren, porque el disfrute propio se nota mucho más cuando los otros no disfrutan.

Todo ascenso social de una clase a ellos le provoca rechazo porque no les alcanza con su riqueza, no les alcanza con lo que llamaríamos su propia felicidad.