Los allanamientos e inspecciones que se realizaron este martes en un barrio de 544 viviendas del sur de San Luis, donde desapareció hace ocho días la niña Guadalupe Lucero, no arrojaron resultados positivos.

El barrio continúa cercado por efectivos policiales que no permiten el ingreso ni egreso de persona alguna, cumpliendo una orden judicial emitida por el juez penal Ariel Parrillis, quien interviene en la causa.

El magistrado tomó esta decisión luego de conversar por separado en Tribunales con la madre de la nena, Yamila Cialone, y con el padre, Eric Lucero. Los padres de Guadalupe concurrieron en distintos momentos al Poder Judicial, mostrando algunas diferencias entre ellos en sus procederes, según lo declaró el progenitor de la niña.

Eric Lucero se quejó ante la prensa de no haber sido informado por su expareja de los mensajes recibidos de un teléfono con característica de México, del cual además habrían aportado un mensaje con la voz de Guadalupe como una supuesta prueba de vida.

El planteo de la familia

Lucero manifestó que desconocía las razones del cambio de actitud de la mujer, quien además desistió de participar de una marcha que se realizó hasta el Poder Judicial.

Su expareja, Yamila, ya había estado reunida con el funcionario judicial y no estuvieron juntos en ningún momento, aseveraron los secretarios del juez. Estas diferencias llamaron la atención, ya que ambos se habían mostrado juntos ayer y convocando a la marcha de hoy, de la que, finalmente, participó únicamente el padre de Guadalupe.

Por su parte, al salir de Tribunales, luego del encuentro del papá de Guadalupe con el juez, el abogado de Eric, Héctor Zavala, descartó unos llamados que recibió Yamilia y los mensajes de whatsapp provenientes del exterior, ya que los mismos habían sido peritados y desestimados por la justicia inclusive con la intervención de Interpol", enfatizó el letrado.