En su columna de humor en Toma y Daca, Julián Elencwajg pasó por otro episodio de la escuelita y leyó dos cuentos luego del regreso a las aulas de forma presencial.

 

¡Hola, chiques de les burbujes! ¿Cómo están?

¿Contentos de estar en aulas con ventilación cruzada en el frío del otoño? Por suerte abrieron las escuelas y se terminó por un rato la educación virtual en esta época en la que, como bien señaló esta semana el analista de tendencias y expresidente Mauricio Macri, los jóvenes aprietan un botón y escuchan música o arreglan una cita en Tinder.

Pero en la democracia, como descubrió con sagacidad el creador del PRO, apretás un botón y no pasa nada. ¡Necesitamos más botones en nuestra democracia, chiques! 

Hace falta eliminar las horas tediosas que se gastan en armar acuerdos y adaptar la democracia a los nuevos tiempos.

Que todos los usuarios del sistema republicano podamos bajarnos una app y matchear con los representantes que nos parezcan más atractivos como si fuera Tinder, Happn, Badoo o cualquier otra aplicación pensada para que les seres humanos conozcan a otros seres humanos y les den rienda suelta a sus más bajos instintos, aunque no tan bajos como el apoyo en las urnas a los regímenes populistas. 

Me sumo a la iniciativa del ex presidente Mauricio Macri e insisto en que necesitamos más botones en nuestra democracia.

¡Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Chocobar florecieran en la superficie del globo! Hacen falta más botones en nuestra democracia. Botones y doctrina Chocobar para avanzar juntos hacia el futuro y convertirnos en un país serio, confiable y con reglas claras.

Las autoridades del Ministerio de Educación de la Nación me pidieron que en la clase de hoy les hable de un género muy especial, que es el del cuento de fantasmas.

Entre sus referentes hay autores en lengua inglesa de la época victoriana como Charles Dickens y Henry James y también escritores de otros países y otras épocas como Stephen King, conocido por obras como “El resplandor”.

Permítanme leerles dos cuentos breves incluidos en la Antología de la literatura fantástica que prepararon Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo.

Uno se titula "Sola y su alma", es de Thomas Bailey Aldrich, y dice: “Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta”. ¿Les gustó, chiques? 

El otro cuento de fantasmas se llama “Un creyente”, lo escribió George Loring Frost y dice:

“Al caer de la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:

—Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?

—Yo no —respondió el otro— ¿Y usted?

—Yo sí —dijo el primero y desapareció”.

¿Les dio miedo? ¿No? ¡Qué valientes, chiques!

En estos tiempos de tanta confusión, es recomendable recordar los 10 mandamientos del capitalismo para no caer en el pecado del comunismo papal:

  • Amarás al mercado libre y desregulado por sobre todas las cosas.
  • No tomarás el nombre de Milton Friedman en vano.
  • Santificarás y comercializarás las fiestas.
  • Honrarás a Adam Smith y a la Escuela de Chicago.
  • No matarás ad honorem.
  • No cometerás actos impuros de intervención estatal.
  • No robarás con impuestos para sostener al Estado opresor.
  • No darás falso testimonio ni mentirás, salvo para subfacturar y aumentar tu tasa de ganancia.
  • No consentirás pensamientos keynesianos ni deseos impuros de cooperativismo.
  • No codiciarás los bienes ajenos y respetarás la propiedad privada.

Espero que este repaso de los 10 mandamientos capitalistas sirva para que ustedes, chiques, no sucumban ante los cantos de sirenas populistas ni los sermones de fantasmas con sotana que recorren Europa.