El enfermero que cuidaba a Diego Armando Maradona durante el turno noche y madrugada en la internación domiciliaria previa a su muerte, Ricardo Omar Almirón, declaró ante la justicia y complicó la situación de su jefe Mariano Perroni, de la médica de la prepaga Nancy Forlini y de la psiquiatra Agustina Cosachov, al afirmar que ninguno de estos tres imputados se preocupó por la situación cardiológica del paciente, ni le dieron la historia clínica del "10".

En poco más de 5 horas de indagatoria, Almirón también reveló que él entregó una serie de planillas sin la firma del Maradona y cuando Diego ya había fallecido, esas planillas aparecieron firmadas. Por ese motivo, los fiscales investigarán en estos documentos la presunta falsificación de la firma del "10".

El enfermero se convirtió en el primero de los siete profesionales de la salud imputados en la causa en ser indagado por "homicidio simple con dolo eventual", delito que prevé una pena de 8 a 25 años de prisión. Esa figura penal fue elegida por los fiscales tras seis meses de investigación en la que concluyeron que el equipo médico de Maradona no solo fue deficiente, sino que sabía que el "10" podía morirse y no hizo nada para evitarlo.

"Almirón contó que desde el inicio notó que Maradona estaba taquicárdico. El ritmo cardíaco de Diego era superior a 100 en todo momento. Explicó que esto no solo lo dejó asentado en sus planillas sino que también se lo hizo saber a las dos autoridades médicas a las que él reportaba: Forlini y Cosachov. Nunca tuvo de ellas una respuesta ni una directiva adecuada", dijo una fuente judicial con acceso al expediente.