La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, no pudo sostener sus acusaciones contra el Gobierno por posibles pedidos de sobornos para adquirir la vacuna de Pfizer y en menos de 48 horas se contradijo de sus primeras declaraciones.

Bullrich había acusado esta semana al gobierno de pedirle "retornos" a Pfizer para comprar su vacuna contra el coronavirus.

Sin embargo, después de las múltiples desmentidas, y con escasas adhesiones opositoras, Bullrich cambió su discurso y aseguró que en realidad lo que pedía el Gobierno era "un intermediario nacional". Incluso esa versión también fue rechazada por la farmacéutica.

Ginés González García dijo que para firmar un contrato con Pfizer tenía que haber un intermediario, que es el mismo de AstraZeneca, Hugo Sigman. Y Pfizer le dijo que no se podía. La actitud de González García fue intentar tener un retorno. Eso el Presidente no lo ignoraba", fue la primera expresión de Bullrich en televisión al respecto.

Después que el propio laboratorio saliera con un comunicado a despegarse de las acusaciónes, Bullrich reculó: “Pfizer tiene razón, no le pidieron coimas. La realidad es que Ginés González García exigía la existencia de una contraparte argentina”.

“Para firmar el contrato tenía que haber un componente nacional. Esta es la matriz de la forma en la que trabaja el kirchnerismo: poner a un Cristóbal López o a un Lázaro Báez, a alguien que me garantice que voy a tener participación”, indicó.

No es lo que había dicho en el programa televisivo, donde ante las repreguntas de su entrevistador, Bullrich siguió hablando de "retornos".