El guionista y director de cine, ex director de contenidos de Pol-Ka, Marcos Carnevale, quien acaba de terminar su última película para Netflix, Granizo, que se grabó en córdoba y está protagonizada por Guillermo Francella reflexionó sobre la cultura de la cancelación, su nuevo trabajo y sus encuentros por carta con Federico Fellini. 

En Granizo, Carnevale dirige a un Francella que interpreta a un famoso meteorólogo de la televisión que se convierte en el “enemigo público número uno” cuando falla al predecir una tormenta de granizo. El elenco incluye a Romina Fernandes, Peto Menahem, Laura Fernández, Martín Seefeld, Nicolás Scarpino, Norman Briski, Viviana Saccone, Pompeyo Audivert y Eugenia Guerty, entre otros.

En diálogo con Myriam Bunin y Gabriel Oliveri, Carnevale contó que fue a filmar por primera vez a su Córdoba natal para esta película, "es algo que me debía y se lo debía también a ellos, a mi familia".  "Terminamos de filmar la película y justo nos agarró la cuarentena de nuevo pero fue un evento total filmar ahí, la expectativa fue increíble y más con Guillermo, que es una bomba".

"Estoy muy contento con esta película", confesó Carnevale quien detalló que se trata de una comedia dramática "que habla de un tema muy actual como es la cancelación. Es la historia de un meteorólogo muy afamado que nunca falló un pronostico y un día falla".

Sobre la cancelación, Carnevale lo consideró un "espanto". "No me gusta el juicio, creo que hay que tener una moral muy alta como para juzgar a alguien. Juzgamos con una facilidad y decimos cualquier cosa de cualquier persona, nos vamos muy al diablo. Se dice cualquier cosa amparado en el anonimato. Hay que ser mas cauteloso porque se daña y se lastima mucho", expresó.

Con una vida digna de "cinema paradiso", Carnevale contó que nació en un pueblo muy chiquito de la provincia de Córdoba y desde que tiene memoria que quería hacer cine "el cine era mi pasión como el nene de Cinema Paradiso, cada vez que la veo lloro desconsoladamente".

"Sabía que era una carrera sumamente difícil pero tuve dos padres muy inteligentes que me apoyaron. Me subí al micro que me trajo a Buenos Aires a los 18, cuando terminé quinto año. Me vine solo, no conocía a nadie", relató el director, quien además contó que comenzó trabajando en publicidad.

"Primero quise entrar a la escuela del Instituto de Cine, pero eran pocos cupos y no entré. Dije okey, me voy a dar la oportunidad de aprender esto de forma independiente". Por eso, estudió periodismo en el instituto Grafotécnico: "Ahí aprendí a trabajar con profesores divinos mientras estudiaba guion y grababa cortos".

"Ahí empecé trabajando como creativo y me fue muy bien a tal punto que me convertí en director creativo. Ahí dije si no paro acá con esto el cine no va a aparecer nunca. Me mandé a dirigir cine publicitario e hice mi primera película", agregó.

El director sostuvo que lo que lo salvó, "más allá del deseo de querer ser director de cine fue mi vocación. Cuando tenés vocación no hay nada que puedas hacer con eso, es un motor que te levanta todas las mañanas. Nunca es un trabajo, siempre es un placer". "Yo no podía volver a córdoba fracasado, no podía volver sin haber hecho una sola película".

Su encuentro con Federico Fellini

Carnevale se convirtió en un fanático del mítico director de italiano Federico Fellini y se propuso ahorrar dinero y estudiar italiano tres años para ir a visitarlo a Roma. Comenzó a escribirle y el director le dio algunos buenos consejos, pero cuando estaba a punto de ir a visitarlo él murió y no lo pudo conocer. 

"Le pregunté cómo diablos iba a hacer para dirigir una película y me dijo que se iba a dar si se tenia que dar. Si tenia vocación y si sentía que en el plexo solar nacía un cordón. Cuando hice mi primera película sentí algo en el estómago y no sabia si me había caído algo mal o era lo que me había dicho Fellini".

Director de películas como Corazón de LeónAnita, Carnevale explicó que sus guiones siempre tienen algo diferente. "Me interesa marcar eso, me interesa el ser humano, la humanidad en su totalidad. Me agarro de eso y te hago ver que en el fondo somos humanos y que no está bueno ser quien no sos solo para contentar al otro".