La pandemia nos ganó la pulseada. Gran parte de la política y de la sociedad no ha estado a la altura de las circunstancias. Si lo han estado y lo están los médicos, los personajes de la salud. 

¿Por qué se espera hasta el viernes para tomar nuevas medidas? No sé. Pero a partir del viernes se piensa en restringir las actividades del fin de semana y alguna que otra restricción durante la semana. Esto no hace más que afirmar lo que decimos

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires insistirá con las clases presenciales y proponen fase uno solamente los fines de semana. ¿Nos están cargando? Yo creo que sí. 

Las provincias del pro disfrazada de peronismo, Córdoba y Santa Fe, se hicieron los desentendidos hasta que la pandemia les estalló. Ahora empiezan a tomar alguna medida muy por abajo. Pero se retrasaron, reaccionaron tarde. 

Hay mucha parte de la dirigencia política. Que son guapos de la boca para afuera, pero que al momento de tomar decisiones no lo hacen. Que le quepa el poncho, que se lo ponga. 

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Hace 15 días atrás muchos pedían nuevas medidas, nuevas restricciones y había reuniones: reuniones con especialistas, comisión de infectólogos, asesores con reunidos con el presidente y el Ministerio de Salud. 

“Se vienen nuevas medidas. Habrá nuevas restricciones ante el aumento de casos”. Los medios multiplicamos esta información. ¿Y qué pasó? Nada. Hace 15 días atrás solamente se reafirmó lo que 15 días previos a esa fecha se había dicho. 

Somos como una especie de maquinaria de repetir y en esa repetición nos regodeamos con un relato que no es otra cosa que un relato, porque no se condice con la realidad.

Las decisiones fuertes nunca llegan. Lo que hoy vivimos se podía haber evitado si hace 15 días atrás se tomaban medidas más fuerte. 

A todo el arco político de un lado y del otro les digo que los votamos para que tomen decisiones, no para que se la pasen evaluando aquello que nunca llega. Si están especulando con las elecciones, todos y todas, si tienen que perder las elecciones legislativas, que las pierdan, pero cuiden a su pueblo. 

Respeten a los médicos, respeten a los que saben de verdad y a los que ponen en juego la vida de verdad. A todos y a cada uno a que les quepa el poncho, que se lo ponga. 

Y que el Estado ponga el dinero al servicio de la gente y de lo que más necesite y dejen de subsidiar a los que más tienen y a los millonarios en estos momentos. 

Yo entiendo que es más fácil hablar bien del Gobierno, yo sé que es más fácil decir que todo es maravilloso. A ver, todo lo que queríamos evitar desde que empezó la pandemia hasta ahora está sucediendo. El que lo quiere negar, que lo niegue. Ahora la secuencia hace complicidad. La cobardía te hace responsable y la mezquindad te hace culpable.