River se enfrentó ayer ante Junior en en Barranquilla, Colombia por la Copa Libertadores. El partido terminó 1-1, pero más allá del resultado, lo importante fue el insólito contexto en el que se disputó, en medio de disturbios, protestas y represión que se dan hace más de dos semanas en Colombia. "No podemos mirar para otro lado", remarcó el DT de River, Marcelo Gallardo.

Mientras se sucedía el partido, de fondo se escuchaban los disparos de la policía en medio de los disturbios que rodeaban a las inmediaciones del estadio Romelio Martínez de Barranquilla.

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Se trató de enfrentamientos entre la policía y los jóvenes que se oponían al desarrollo del partido Junior vs. River Plate por la Copa Libertadores, teniendo en cuenta la crisis social que vive Colombia, donde la Defensoría del Pueblo denunció decenas de desaparecidos y cientos de detenidos y heridos.

Además, los disturbios y protestas en los alrededores del Estadio, llevaron a que una ráfaga de viento arrastre gas lacrimógeno hasta el campo de juego que afectó a los jugadores en la previa y durante el partido por la copa Libertadores.

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Al finalizar el partido, que terminó en empate, el DT de River, Marcelo Gallardo se refirió a la situación y sostuvo que "no fue normal".

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"Sabíamos que veníamos a una situación inestable por lo que vive el pueblo colombiano. No fue normal. Hay que decir que se jugó en situaciones muy incómodas, con gases en el campo y escuchando estruendos de estallidos afuera".

Además, remarcó que no estuvo "contento" con las circunstancias en las que se desarrolló el partido y que "dentro de lo que fue y lo que se vivió, el resultado termina siendo justo. Pero también el resultado es anecdótico. No me voy contento con las circunstancias bajo las que se ha jugado hoy".