Celina Esteban es la primera mujer trans y enfermera en llegar a ser jefa de residentes en la Ciudad de Buenos Aires. En diálogo con AM750 relató su camino hasta y cómo fue el proceso de transición. Además, contó las situaciones de discriminación que tuvo que atravesar. 

Esta semana la enfermera de 34 años fue elegida por sus compañeras con el 100 por ciento de los votos como jefa de residentes por primera vez en el hospital Santojanni.

Para Celina, sus compañeras vieron su compromiso con la residencia y su manera de trabajar.  "Todas mis compañeras me apoyaron por suerte, estoy muy agradecida".

La Ley de Identidad de género como camino 

Esteban, que se auto percibe como mujer desde que nació relató que sufrió bastante discriminación sobre todo en la educación primaria y secundaria, donde tuvo que dejar la escuela varias veces. "La ley de identidad de género fue como un volver a nacer para mi", relató. 

En la escuela sufrió agresiones por parte de sus compañeros, los profesores la hacían hacer gimnasia con los varones y mandaron a psicólogos hasta los 11 años.

Celina destacó la importancia de la capacitación al personal docente en base a su experiencia aunque contó que gracias a la terapia, pudo "enfrentar todo lo que me esperaba". "Me ayudó a aceptarme a mi misma y a tener menos miedo. Tenia mucho miedo de mis compañeros, hasta me agredieron físicamente"

La enfermera relató que luego de la Ley de identidad de Género, en 2012, pudo terminar la secundaria en un colegio para adultos. "Me ayudó muchísimo el apoyo de mis padres. Siempre tuve claro mis objetivos", explicó.

Luego de egresar en la secundaria, estudió enfermería en base a trabajar en geriátricos y aunque tuvo "bastante respeto" en la escuela de enfermería, relató que hubieron profesores que aún siguen discriminando. "Hay que quedarse con lo bueno y mantener los objetivos, sino no llegamos a nada".

"Recibí mi título y concursé con 200 enfermeros, quedé entre los diez puestos y pude elegir atención primaria como especialidad. "Siempre me gustó el trabajo con la comunidad".

Además, contó que al momento de concursar tenía miedo de cómo la iban a recibir los otros profesionales, miedo que se esfumó. "Al contrario, es un centro de salud super inclusivo", dijo. 

"Todos los profesionales me tratan mejor que a nadie", contó. Sus compañeros incluso la contuvieron cuando a partir del tercer año de residencia pudo concursar para una jefatura: "Ahí sí me pusieron mil millones de obstáculos. Me han discriminado de una manera horrible". 

"Si bien muchas personas trans no tienen familia si existen lugares de contención", destacó Esteban y explicó que "las personas trans se pueden comunicar con la red de contención LGTBIQ+ que brindan talleres y muchas otras cosas para salir adelante".