El medico intensivista y jefe de terapia intensiva del Sanatorio Otamendi, Arnaldo Dubin, expresó su preocupación por el avance de los contagios de coronavirus y explicó que los profesionales de la salud sufren de un agotamiento extremo tras un año en la primera línea del frente de batalla contra la pandemia.

Dubin afirmó que se vive una situación de "colapso sanitario", y afirmó que el desborde de los sistemas hospitalarios  se produce porque son insuficientes en términos de recursos físicos, tecnológicos, humanos y de insumos, para satisfacer las demandas impuestas por una realidad epidemiológica.

Además, afirmó que el marcador mas importante del colapso sanitario es el abrupto aumento de la mortalidad.

"Son emblemáticos los resultados que ha comunicado el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, refiriéndose a una mortalidad del 67% en las terapias intensivas", afirmó.

Este valor, que definió como "elevadísimo e inaceptable", según Dubin "muestra las condiciones de precariedad en el que están transitando su trabajo".

La realidad del Sanatorio

"Los pacientes están horas en ambulancias o esperando en sus casas antes de poder ser internados en un hospital, muchas veces en una habitación común", sostuvo.

Y agregó que están haciendo la mas compleja e invasiva de las practicas de terapia intensiva, que la ventilación mecánica en áreas distintas a la terapia como guardias, servicios de emergencia y salas comunes.

"La expresión mas dramática es que los intensivistas tenemos un agotamiento terminal y esta fatiga incide en los resultados", añadió.

Diálogo con Alberto Fernández

Dubin remarcó: "Al presidente le transmití esta situación extrema y cómo está resultando en un aumento de la mortalidad la proyección catastrófica de esto".

Y agregó que dado que ya está mas allá de sus limites, la única forma que ven de minimizar este desastre es con medidas restrictivas intensas.

"En una situación tan extrema se necesitan medidas extremas". Arnaldo Dubin

"En este contexto de una crisis sanitaria sin precedente, en la que está amenazada la vida de forma inminente de miles de compatriotas, poner el centro de la discusión la presencialidad en las escuelas y en el eventual daño psicológico que puedan tener los chicos, es una desproporción y una nimiedad", concluyó.