El escritor Martín Kohan charló en La casa invita sobre su último libro, La vanguardia permanente, y analizó los tiempos actuales de pandemia, donde, según aseguró, se trastocan las cronologías de la vida cotidiana.

“Todos estamos viviendo algo que no habíamos vivido en esta escala, en un mundo globalizado donde, de pronto el mundo entero está capturado por una misma situación”, destacó Kohan sobre los tiempos que corren.

En esa línea, el escritor explicó que si bien el acontecimiento actual es “inédito”, al mismo tiempo la vida parece estar estancada en una repetición cotidiana donde se desdibujan los tiempos y espacios.

“Los días se parecen entre sí más que nunca. Estamos ante una combinación muy rara en la que comprendemos que estamos ante algo completamente nuevo y, al mismo tiempo, estamos sumergidos en un 'más de lo mismo'”, aseguró.

Kohan también enfatizó en la propia relación -muchas veces insoportable- con la incertidumbre, que la pandemia exacerbó abruptamente. “Es difícil soportar la incertidumbre, pero al fabricar certezas de manera precipitada, la decepción es doble. No te terminaste de salvar de la incertidumbre y te sumaste una decepción con la expectativa mal formulada”, sostuvo.

En esa línea, afirmó: “Estamos en una suspensión, como la punta de un tobogán demasiado largo, cuyo desenlace no alcanzamos a ver ni sabemos como va a ser exactamente”.

Pero no todo pandemia: Kohan habló, también, sobre La vanguardia permanente, libro con el que explora las distintas concepciones sobre las vanguardias en el arte y que hilvana con la literatura en general y la literatura argentina en particular.

“La vanguardia avanza a paso seguro hacia el futuro, donde se incuba la promesa de lo nuevo, razón última de la existencia toda. "No hay futuro", responderá la posvanguardia (o punk), habitante del tiempo cultural del reciclaje. Mientras tanto, en la Argentina, Héctor Libertella intuirá con lucidez que "el futuro ya fue": hay un futuro, pero en el pasado”, reza en la descripción de contratapa del libro.

“Una de las trampas de la noción de vanguardia, como con tantas otras, es que se presta a que supongamos que nos estamos entendiendo, que decimos 'vanguardia' y estamos entendiendo lo mismo”, explica el escritor.

Al respecto, señaló: “las concepciones que me interesan más son las que abren una discusión sobre las posibilidades de lo nuevo y sobre las posibilidades de lo nuevo cuando lo nuevo ya ocurrió, entendiendo por nuevo ese momento tan radicalizado de innovación y de ruptura que fueron las vanguardias”.