Felipe, Duque de Edimburgo, murió este viernes a los 99 años. El marido de la Reina Isabel II hubiera cumplido en junio 100 años. ¿Quién era el consorte de la Reina que estuvo en funciones reales por más de 70 años?

Felipe de Edimburgo fue el monarca más longevo en actividad y estuvo casado con la reina Isabel por 73 años. En 2017 decidió retirarse de la vida pública, aunque hizo apariciones junto a la Familia Real en fechas muy puntuales. 

Nacido en Grecia como príncipe de Grecia y Dinamarca, Felipe debió renunciar a sus títulos nobiliarios, apellido e incluso religión al casarse con Isabel, entonces primera en la línea de sucesión al trono británico en 1947.

Su padre era el príncipe Andrés de Grecia, hijo del rey George I de Grecia, mientras que su madre, la princesa Alice de Battenberg, era bisnieta de la reina Victoria.

Su familia tuvo que escapar de Grecia durante la guerra y él fue escondido en un cajón de frutas antes de exiliarse en Francia. Su madre pasó gran parte de su vida internada en un neuropsiquiátrico - fue atendida por el mismo Sigmund Freud - mientras que su padre, el príncipe Andrés de Grecia, se instaló en Mónaco con su amante.

El entonces príncipe se crio en colegios internados y conoció a la que sería su futura mujer -su prima tercera- cuando se unió a la Marina Real británica. Él tenía 18 años y ella 13. 

Tras su boda, se convirtió en consorte de la futura reina y recibió el título de Duque de Edimburgo, teniendo que renunciar a su apellido Mountbatten, a la nacionalidad griega y dejar su carrera militar. 

Cuando Isabel II llegó al trono, el Reino Unido aún atravesaba las dificultades económicas que dejó la segunda Guerra Mundial y había un profundo sentimiento anti-alemán entre la población. 

Felipe y el vínculo de sus hermanas con el nazismo

A Felipe se le cuestionaba la relación de sus cuatro hermanas con nobles alemanes relacionados con los nazis y por eso, a la hora de fijar el nombre de la Casa real británica, se eligió Windsor para no usar el apellido alemán de su marido.

Con Isabel tuvo cuatro hijos, los príncipes Carlos, Ana, Andrés y Eduardo, que no llevan su apellido, lo que supuso un problema para el Duque y llegó a decir que era "el único hombre en Gran Bretaña que no podía darle su nombre a su descendencia".

Luego de una modificación, se estableció que mientras que la Reina y sus cuatro hijos serían conocidos como Windsor, otros familiares que no fuesen príncipes o altezas reales llevarían el apellido Mountbatten-Windsor.