Ante el crecimiento de casos y la llegada de la segunda ola de coronavirus, desde el Gobierno se dictaminaron varias medidas para frenar la circulación de las nuevas variantes del virus.

En este sentido, este sábado se comenzaron a restringir los vuelos a Brasil, Chile y México y también fue la primera jornada de los nuevos controles a viajeros que regresen al país, conjuntamente a un test de antígenos, que es más rápido aunque menos preciso.

El objetivo del Ministerio de Salud es controlar y demorar lo más posible la llegada de las nuevas variantes de coronavirus al país -la de Manaos es la que más en alerta tiene a los especialistas- en pos de vacunar a la mayor parte de la población, por esta razón el cierre de fronteras y la cancelación de vuelos al exterior.

Para ello, las medidas que se tomaron para pasajeros que aún deben regresar al país son:

  • Traer un PCR, pagado por ellos.
  • Al llegar, se les hará un test de antígenos. Los antígenos son proteínas que se encuentran en la superficie del virus. Para hacer el test se saca una muestra de la garganta o de la nariz. El resultado es rápido, aunque tiene menor precisión que un PCR.
  • Deberá esperar el resultado unos minutos.
  • Si el test es negativo, se podrá ir a su domicilio, donde deberá permanecer aislado 10 días. A los siete días deberá costearse un nuevo PCR ya que es sabido que el test que trajo y el test de Ezeiza pueden dar negativo si el virus recién se estaba desarrollando.
  • Está previsto que haya un seguimiento por teléfono e incluso con personal de cada distrito que irá a los domicilios a verificar. Si la persona no está en la vivienda declarada al llegar, deberá ser denunciado penalmente.
  • Si el test en Ezeiza da positivo de coronavirus, al pasajero se le hará un test PCR, también a su costo. Y lo conducirán a un hotel donde quedará alojado al menos por siete días. El alojamiento tendrá que ser pagado igualmente por el pasajero.

El presidente Alberto Fernández dialogó en una entrevista televisiva al respecto y se mostró preocupado al advertir que lo que se viene notando desde el Gobierno es que "desde hace una semana es un crecimiento sostenido de casos, no un crecimiento abrupto, pero sí sostenido".

Y agregó que "estamos cerca de una segunda ola de casos, todos los países que nos rodean están viviendo esa segunda ola".

"Vamos a proponer una serie de medidas en la semana para cuidarnos, para tratar de minimizar al máximo la circulación de personas. No es volver a un aislamiento, es llamarle la atención a la gente, porque estamos en un problema", indicó al respecto el Jefe de Estado.

Y con respecto a las nuevas variantes, el presidente dijo estar preocupado por la cepa de Manaos, "porque todo indica que es particularmente virulenta en su capacidad de contagio y pareciera ser que tiene mayor letalidad que la que conocíamos. Eso viene de nuestros países vecinos. La tiene Brasil, ha entrado en Paraguay y Uruguay también ha detectado casos ".

Por su parte, la ministra de Salud Carla Vizzotti aseguró que diferir la segunda dosis de la vacuna apunta a disminuir la mortalidad antes de que tengamos la segunda ola de coronavirus.

La ministra sostuvo que con la primera dosis se obtienen tres cuartos de protección y que la segunda aumenta esa eficacia, sobre todo para que dure más tiempo.

Por esta razón y en base a consensos científicos, la ministra de la cartera sanitaria aseguró que van a "priorizar la primera dosis para la mayor cantidad de personas para poder lograr un beneficio muy importante" y "disminuir la mortalidad antes de que tengamos la segunda ola".

En este mismo sentido, el infectólogo y asesor presidencial Tomás Orduna coincidió con la ministra de Salud al indicar que "hay cuestiones que tienen que tener fundamentos, evidencia científica y vigilancia" y llevó tranquilidad a la ciudadanía al aseverar que "está bien que nos den una dosis y que después se difiera para la segunda".