El titular de la productora Underground, Sebastián Ortega y el director de Telemundo, Marcos Santana, dieron una nota días atrás donde se refirieron a las dificultades de hacer ficción en nuestro país.

“La infraestructura legal y política es la más adversa del continente. El país más difícil para emprender y grabar televisión se llama Argentina, desde Canadá a la Patagonia”, había afirmado el empresario venezolano.

Por su parte, Ortega aseveró que a la hora de realizar producciones en Argentina “lo único que aparecen son trabas” y agregó: “Los actores están queriendo trabajar y veo al mismo tiempo las intenciones de grandes estudios de afuera de venir y producir en la Argentina, pero son espantados por este tipo de impedimentos que lo hacen muy dificultoso”.

Las respuestas a las declaraciones de ambos empresarios no tardaron el llegar: Argentores, la sociedad que nuclea a los creadores de ficción en nuestro país, aseguró que las expresiones son “una serie de argumentaciones inexactas, malintencionadas y agraviantes”.

“Además de ser muy desagradable, fueron extemporáneas y básicamente no responden a la verdad”, aseveró el presidente de Argentores, Sergio Vainman, en diálogo con Las últimas noticias.

“El problema es que cuando uno da declaraciones de estas características, mintiendo, genera en la opinión pública una corriente adversa hacia los trabajadores que es muy peligrosa”, remarcó.

Vainman también apuntó contra Ortega y aseguró que durante mucho tiempo el productor trabajó en la Argentina y no tuvo trabas” y que fueron sus trabajadores quienes hicieron posibles y llevaron al éxito sus producciones.

“Sebastián Ortega trabajó muchos años acá y durante todos estos años no hizo una sola declaración de estas características. Ahora, de repente se va a vivir a Miami, vende su empresa a una multinacional como Telemundo y viene a plantear declaraciones desde Miami. La mirada no es una mirada desde la Argentina”, subrayó.

En ese sentido, aseguró que la crisis que vive el sector audiovisual necesita incentivos y fomentos desde el Estado, quien debe intervenir como un actor necesario. 

"Es una canallada echarle la culpa a los trabajadores de una crisis", sentenció.