El tribunal de San Martín consideró “prescriptos los abusos”  y absolvió al ex cura, Carlos Eduardo José. La víctima lo había denunciado por hechos ocurridos entre 1999 y 2008.  La denunciante, Mailín Gobbo había denunciado al ex cura por abuso sexual. Su abogado, Hector Silveira señaló que luego de la decisión del tribunal de San Martín, recurrirán a Casación y a la Corte Suprema. "Esto no termino acá", sostuvo. Tras la decisión del Tribunal, a cargo de los jueces Raúl Luchelli Ramos, Mónica María Carreira y Carolina Martínez, el ex cura fue absuelto y recuperó su libertad. "Es vergonzoso, una puerta abierta a que sigan abusando", advirtió Silveira. Gobbo denunció al ex párroco en el año 2017. Desde entonces, el acusado se encontraba en el penal de José León Suárez, cumpliendo prisión preventiva por intento de fuga. Los hechos por los cuales Gobbo denunció al ex cura sucedieron en 1999 y 2008, primero cuando ella cursaba en el Instituto San José Obrero, en Caseros, que él tenía a cargo y donde tenía la autoridad suficiente para sacarla de clases cuando él quisiera. Como José era de confianza para los padres de Mailín, el ex cura siguió visitando a la familia incluso cuando ella se cambió de colegio, a los 15 años. Recién en 2017, tras el nacimiento de su hija, la joven se animó a denunciar formalmente a José ante el sistema judicial. En 2009 Gobbo le contó a la familia sobre los abusos y sus padres fueron a hablar con el ex cura, que se limitó a pedir perdón. Ese año Ella denunció los hechos ante el Obispado de San Martín, que se encargó de trasladar a José a la parroquia San José Obrero de Tandil, de la diócesis de Azul. “El cura nunca lo negó, los hechos están confirmados. Lo que dice es que ahora no lo pueden penar, como si por confesarse pudiera recibir el perdón”, manifestó el abogado. El párroco, que renunció ese mismo año a sus cargos eclesiásticos, fue encarcelado con orden de prisión preventiva por intentar escapar de la Justicia y permanecer prófugo durante una semana. “El proceso fue duro. Largo y con una defensa excesivamente agresiva, que interrumpía y revictimizaba constantemente a las denunciantes, precisó el abogado de Gobbo. En la lectura de la sentencia que se llevó a cabo en los Tribunales de San Martín, en la provincia de Buenos Aires, estuvieron tanto la denunciante como el imputado. Además, otras tres víctimas del sacerdote se presentaron como testigos durante el juicio y aguardan el veredicto de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires para que avancen sus causas. En este sentido, también fueron declaradas prescriptas en instancias anteriores.  El abogado querellante también remarcó que para las víctimas es muy doloroso todo el proceso, por eso tanta gente no se anima a denunciar. La fiscalía, junto con la querella, presentó 17 testigos, mientras que las declaraciones de la defensa fueron 23, “en su mayoría falsos testimonios, gente que cobra sueldos directamente del Obispado y que tiene una estrecha relación económica con la Iglesia”, advirtió. Silveira remarcó: “Hay otras tres denunciantes esperando que la Justicia provincial decida sobre sus causas”. Además, sostuvo que el desafío de Mailín es poder cambiar algo y que todos los que están en una nebulosa tengan oportunidad de denunciar. Según establece el Código Penal desde su reforma en 2015, los tiempos de vigencia en los delitos por abuso sexual infantil empiezan a correr una vez que la víctima radica la denuncia, es decir que hasta tanto eso no sucede, los hechos no pueden prescribir.