Por Esther Díaz La palabra feminismo no es solo una palabra que no se usaba, sino que cuando se lo hacía, era despectiva. Tengo años suficientes como para acordarme de cuando empecé a escucharla a mitad del siglo pasado. Cuando escuché por primera vez la palabra feminismo, muchos años atrás,  era una de extremistas, locas, que no se sabía bien lo que querían. No para las que militaban, que si comparamos con lo que ocurre ahora, era una participación mínima. Con el paso del tiempo la palabra feminismo se fue incorporando y no hace muchos años, hará unos 15 o 20, fue dejando de ser mala palabra para el grueso de la población. Por supuesto que siempre hay personas reaccionarias que creen que la palabra feminismo es mala palabra. Actualmente ya ni siquiera podemos decirlo en singular. Ahora habría que decir feminismos en plural. Esto se vio claro a partir de los años 60. Los feminismos comenzaron en el fin del siglo XIX con las sufragistas, que eran mujeres de clase media, blancas, europeas y luego, sobre todo en la movida de 1960, se logró conciencia de que en última instancia las mujeres de clase media, si bien es cierto, somos discriminadas como cualquier mujer, somos privilegiadas respecto respecto de otras mujeres. Las mujeres negras, por ejemplo, de las afrodescendientes, de mujeres de pueblos originarios y de tantas otras otras mujeres y femeneidades que son despreciadas o porque son trans, o por el simple hecho de ser mujer y negra, por ejemplo, o mujer y pobre. Incluso hoy, increíblemente, también hay feminismos de derecha. Hoy no es feminista solamente la mujer que está "afiliada" a un grupo feminista y que sale a manifestarse a la calle. Esa lo es, por supuesto, pero no solamente. Hay actitudes de mujeres, como el caso de la cadena Fox en Estados Unidos, que es una empresa totalmente de derecha, que incluso ayudó a que  Trump llegue al gobierno. En esa empresa incluso hay mujeres que son antiderechos respecto al aborto. Cuando se unieron para denunciar a los jefes que abusaban de ellas, hicieron una movida que le costó millones de dólares a la empresa. Estas feministas, son minas de derecha. Feminismo se le puede decir a cualquiera que defienda los derechos de las mujeres, o sea, que las mujeres adquieran derechos respecto de lo que nunca hemos tenido respeto de los hombres. Es decir, que aspiramos a la equidad. Aunque no sea del gusto de una, cualquiera que venga con cualquier bandera defendiendo derechos de las mujeres tiene derecho a ser llamado feminista. Esther Díaz es doctora en Filosofía, epistemóloga y ensayista.