Álvaro García Linera, ex vicepresidente de Bolivia, reflexionó sobre la victoria electoral en Bolivia y sobre la situación del progresismo en América Latina. "En América Latina estamos viviendo una segunda oleada de progresismo moderado sin la presencia de liderazgos carismáticos" afirmó Linera. Manifestó que se trata de un fenómeno mundial que se da tanto en las clases medias como en los sectores populares con un discurso muy claro: Si la democracia es un estorbo, fuera democracia. "En el mediano plazo, la sociedad va a estar polarizada entre una derecha violenta y un progresismo más pluralizado" agregó. Linera comentó que el relevo no es carismático y que, a su vez, su éxito radica en la posibilidad de consolidar y proteger los derechos sociales frente al avance conservador. "Si esto sucede la oleada progresista puede continuar, si no, estaremos en un péndulo entre el progresismo y la derecha", agregó. Mencionó, además, que la extrema derecha no tiene ningún compromiso con la democracia y que el riesgo de un golpe de estado va a estar presente en el continente, en el mundo y en Bolivia. Sobre los desafíos que deben superar los nuevos líderes progresistas en el gobierno. "Hay muchos retos, uno es cómo relanzar la economía. Aun en el carácter moderado es necesaria una dosis de audacia", sostuvo. En este sentido, añadió que en el tema médico la gente espera un compromiso por parte del Estado para que proteja su salud y complete el esquema de vacunación.
Cómo vivió la experiencia del exilio: "Cuando salí de mi casa no sabía que iría al exilio".
"Tenía cuatro o cinco libros en el maletín, mi cepillo de dientes, algo para escribir y la llave. A eso le agregué la bandera de Bolivia con un puñado de tierra del trópico que nunca volví a tocar hasta que el día que llegué a Chimoré con Evo para devolverla en un gigantesco acto con más de un millón de personas" reflexionó. "Luego volví y abrí la puerta de mi casa con la llave, fue muy emotivo" agregó.
Sobre su estadía en la Argentina
Manifestó que el tiempo en el país fue muy productivo porque le permitió leer y preparar sus clases, considerando que nunca había tenido tanto tiempo para dedicarle al estudio y a la Academia. En lo personal, sostuvo que pudo compartir mucho tiempo con su familia y sobre todo ver crecer a su hija, Alba. A nivel social reflexionó: "pude ratificar algo que había aprendido en la cárcel: siempre es necesario tener una pequeña dosis saludable de desconfianza".
Conclusiones sobre este período de pandemia que estamos viviendo
"Estamos viviendo un tiempo impredecible y los que soñamos con un mundo distinto tampoco podemos asegurar que la tenemos ganada", sostuvo. Además, concluyó que se podrán hacer muchas cosas, algunas no saldrán, otras sí. Para Linera, el tiempo se ha detenido y ya no hay continuidad, el presente se ha vaciado de horizonte, tanto para nosotros como para el orden dominante.