Entre revoleos de remeras, insultos y frases que, por lógica, solo pueden ser aceptadas y entendidas en contexto de partido, Manuel Soriano escritor y autor del libro ¡Canten, putos!, historia incompleta de los cantitos de cancha, analizó los misterios de los clásicos futboleros que se escuchan todos los fines de semana. Con la edición de Gourmet Musical, el libro ¡Canten, putos! lejos de tener connotación homofóbica es la descripción literaria del recorrido pasional que generaron durante tantos años y décadas las canciones futboleras. "Es un libro de los cantitos pero es un libro raro", contó Soriano, quien además relató que se trata de un libro de investigación, ya que ciertos testimonios debió buscarlos a través de las redes sociales por todo el mundo. Según mencionó el autor, algunas fragmentos del libro parten desde los temas que incluyen contenidos homofóbicos, otros con las frases que incluyen a la política, y en el resto, la historia del canto y de dónde proviene el contenido. "Los lectores me dicen que les gusta el contenido pero también la forma", celebró el escritor y periodista, que relató que debió "creerse el personaje de investigador" para contactar a los entrevistados. "Participa a un viejo que vive en California que en la década de 1960 compuso una canción que ahora derivó en cantitos de cancha", relató. "Trabajé para comparar la melodía real con cómo se escuchan hoy en las canchas de la Argentina, ahí me empecé a divertir mucho", agregó.

El clásico de Creedence en los estadios argentinos

Soriano además detalló cómo fue el desembarco de Bad moon rising, el clásico tema de Creedence Clearwater Revival compuesto en la década de 1960 que arribó a las canchas argentinas a mediados de los años ochenta. "La primera hinchada en cantarla fue la de San Lorenzo, y con el descenso de River, los hinchas de Boca comenzaron a cantarla", contó. Luego el clásico "decime que se siente" se escuchó masivamente en el Mundial de 2010. https://soundcloud.com/grupooctubre/manuel-soriano