El Ejército de Birmania (Myanmar) dio un golpe de Estado y depuso a la líder política Aung San Suu Kyi, quien fue detenida con buena parte de su gabinete, además de activistas y artistas que apoyan al gobierno. El Ejército cercó la ciudad capital, Naypyidaw, antes de que el Parlamento formado en las elecciones de noviembre pasado iniciara su primera sesión. La cúpula militar denunció un presunto fraude en las elecciones de noviembre pasado, en las que el partido de Aung San Suu Kyi ganó por mayoría y le permitió continuar en el poder. Suu Kyi, de 75 años y quien tiene un premio Nobel de la Paz, pidió a los ciudadanos que "protesten con todo corazón contra el golpe de Estado". Tanto la líder como el presidente Win Myint y otros responsables del partido fueron detenidos en Naypyidaw. Las fuerzas armadas declararon, a través de su canal de televisión, el estado de emergencia durante un año y anunciaron que el exgeneral y vicepresidente Myint Swe ejercería la presidencia del país. El vocero del Ejército, el mayor general Zaw Min Tun, aseguró en una conferencia de prensa que las elecciones "no fueron libres ni justas", y exigió revisar el proceso antes de que asuma el nuevo Parlamento y, por ende, un nuevo mandato de Gobierno. Durante el gobierno de Suu Kyi, Birmania fue acusada por La Haya de genocidio de la minoría étnica Rohingya, después de que en 2017, alrededor de 750 mil integrantes de esta población musulmana huyera a Bangladesh.