Por la pandemia de coronavirus, las autoridades de Australia desarrollaron un estricto protocolo para los tenistas que participan del Australia Open, el primer Grand Slam del año, que desató múltiples quejas de los jugadores, ya que muchos no podrán salir de sus habitaciones para asistir a los entrenamientos. La medida fue implementada para contener la pandemia de coronavirus y evitar posibles rebrotes, luego un incremento de los contagios registrado en las últimas semanas. Como se detectaron varios casos positivos de COVID-19 entre jugadores y equipos, las autoridades dispusieron medidas restrictivas. La mayor queja fue expresada por el tenista español Roberto Bautista Agut, noveno en el ránking mundial ATP, que luego pidió disculpas. En un video, el jugador se quejó de las condiciones impuestas y aseguró que “es como estar en prisión pero con wifi”. Las declaraciones del jugador de 32 años difundidas por el canal israelí Sport 5 provocaron una gran conmoción en el mundo del tenis. Según indicó, los organizadores “no tienen idea sobre tenis”. “Es un desastre absoluto, el control de todo esto no lo tiene Tennis Australia, lo tiene el gobierno”, cuestionó.

LAS RESTRICCIONES PARA LOS TENISTAS EN CUARENTENA

Las autoridades australianas dispusieron una cuarentena estricta para  un grupo de tenistas, que no podrán salir de sus habitaciones por dos semanas tras haber viajado en un avión en el que se detectaron tres casos positivos de coronavirus. Además, se dispusieron “burbujas” de aislamiento para realizar los entrenamientos. En total, la medida afecta a 72 tenistas que participarán del Abierto de Australia. Hasta ahora, fueron puestos en cuarentena estricta 25 tenistas que tuvieron contacto en un avión con cinco personas que dieron positivo de COVID-19. El Abierto de Australia se jugará entre el 8 y el 21 de febrero y quienes viajaron en los vuelos donde se detectaron casos positivos no podrán entrenar por dos semanas, lo que desató múltiples quejas. Los casos se detectaron en un vuelo de Abu Dabi hacia Melbourne. Según el gobierno australiano, “ningún jugador ni miembro de su entorno podrá interrumpir la cuarentena para participar en un entrenamiento”.