Noemí Made es argentina pero vive en Beirut hace 23 años y en diálogo con Any Ventura, relató la explosión que se dió en el puerto de la capital libanesa que dejó un saldo de 137 muertos, más de 5000 heridos y decenas de desaparecidos.

Made, quien es ama de casa y tiene un emprendimiento turístico relató que al momento de la explosión, estaba en la terraza de su casa junto con su marido, que es encargado de una fábrica.

"Caimos al piso y vimos una columna de humo blanco sobre el puerto. No alcancé a terminar de sacar la foto cuando se escuchó una segunda explosión, más fuerte", expresó. 

Además, relató que por la explosión, toda la ciudad quedó destruida: "Es ver sangre por todos lados. Las paredes, las baldosas, todo...es impresionante la cantidad de sangre que se ve por todo Beirut".

"Es todo edificio y cristales, está lleno de vidrios", indicó y explicó que en el día de hoy, familias enteras fueron a barrer para sacar los cristales de la ciudad para poder caminar.

En el día de hoy, el presidente francés Emmanuel Macron viajó hasta el Líbano a llevar asistencia sanitaria y ofrecer ayuda para la investigación de la explosión, que todavía no se sabe la causa.

"Desde el gobierno se pidió cinco días para dar una respuesta a las causas. Sabemos que pasó con la explosión, pero no por qué estaba el barco ahí", agregó. 

https://soundcloud.com/grupooctubre/noemi-made-argentina-viviendo-en-beirut-en-una-nueva-aventura

La situación económica

"A partir de noviembre del año pasado empezó una guerra socio económica interna que llevó a manifestaciones y problemas y nos tenía prácticamente encerrados", relató Made y agregó: "En febrero arrancó la pandemia, estuvimos hasta finales de junio en cuarentena".

"Veníamos con el país bastante complicado", sostuvo y se refirió a la devaluación de la Lira: "El Líbano es un país pequeño, no tiene mucha producción y con la pandemia estaba todo bloqueado".

La vida en el Líbano

"Uno tiene la idea de que Beirut es desierto y guerra y religiones extrañas. De todo medio oriente es el país más occidental, se vive como cualquier lugar de Europa", explicó Made.

Además, indicó que "las comunidades religiosas conviven normalmente, es una vida normal y tranquila".

"No tenemos por el momento paz con el país vecino pero salvo algún conflicto en la frontera desde el 2006 no tuvimos ningún problema", agregó.