La diputada coordinó el informe de Calidad de Vida del Observatorio Gente en Movimiento, que además detectó que la mitad de los porteños viviría en un lugar con mejor calidad de vida.

Las causas son la delicada situación económica que atraviesan los porteños y las complicaciones para pagar colegios privados, prepagas y alquiler, según la cuarta entrega del informe.

“Dejando de lado a los mayores de 60 años, en todos los rangos etarios más de la mitad de los porteños se irían a vivir a otra ciudad si pudieran”, precisa el documento.
Marziotta advirtió que “la educación de gestión estatal en la Ciudad podría verse desbordada si no se plantean políticas urgentes que atiendan a una nueva demanda de vacantes, a raíz de las consecuencias económicas que la pandemia está generando en las familias porteñas”. Esta investigación corroboró lo observado en el tercer informe: un 31% de las familias con hijos en colegios de gestión privada está considerando cambiarlos a una escuela pública. Ese traspaso implicaría una demanda adicional de 93.310 vacantes en las escuelas de gestión pública, lo cual supone 9 mil vacantes adicionales con respecto a la medición de junio, agravando aún más la tendencia observada.
El ajuste en gastos educativos del 65% de las familias con hijos en colegios privados se condice con otro dato relevante de esta ronda de campo: el 50% de las familias con hijos en colegios privados considera que no está en condiciones de pagar la próxima cuota de la institución educativa.
La salud pública porteña tiene en el horizonte cercano desafíos similares a los de la educación. El 49% de los porteños que tienen una cobertura de salud privada, sea obra social o prepaga, está considerando dejar su cobertura actual y pasar a ser usuario de la salud pública.
“Este dato tiene una implicancia particular en la Ciudad de Buenos Aires, ya que es un distrito con un alto grado de privatización en el ámbito de la salud, y donde tan solo el 18,7% se atiende en establecimientos públicos”, resaltó Marziotta.
De no haber cambios, esta presión sobre el sistema de salud se traduciría en 936 mil nuevos usuarios en el sistema de salud público, esa oleada implicaría un aumento del 173% de la demanda actual. Esta posible futura demanda adicional se corrobora con el siguiente dato: el 32% de los porteños con cobertura de salud privada considera que no está en condiciones de pagar la próxima cuota de su cobertura.
Por último, desde la primera entrega del Informe de Calidad de Vida durante la crisis del COVID-19 se viene haciendo un seguimiento de la situación de los inquilinos en la Ciudad. Desde abril no se observan mejoras en los índices.
En julio, el 60% de los inquilinos señaló que no está en condiciones de pagar el próximo alquiler: el porcentaje representa aproximadamente 216 mil hogares y 576 mil porteños en esta difícil situación.

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