Un peritaje de ADN determinó el hallazgo de sangre de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado en enero pasado en Villa Gesell, en la camisa Matías Benicelli, uno de los ocho rugbiers detenidos por el crimen, mientras que también fueron encontrados rastros genéticos de Blas Cinalli, otro de los apresados en la uña de un dedo meñique de la víctima. 

"Es un indicio más de la responsabilidad de estas personas. Este indicio es totalmente indubitable, ya no depende de la interpretación de nadie sino que es una prueba que marca la presencia de estas personas en un rol activo en el hecho" sostuvo el abogado de la familia de la victima, Fabian Amendola. 

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