En el trigésimo programa de "Idas y Vueltas", Pacho O'Donnell revela cómo San Martín de Tours se convirtió en el patrono de la Ciudad de Buenos Aires.

La tradición sostiene que fue elegido el 20 de octubre de 1580 en un rancho situado donde ahora está el Cabildo. Ese día debía definirse por sorteo quién sería el santo patrono de la ciudad. El gobernador Juan de Garay, el alcalde Rodrigo Ortiz de Zárate, el escribano Pedro Fernández y los vecinos Hernando de Mendoza, Pedro de Quirós, Diego de Olavarrieta, Antonio Bermúdez, Luis Gaytán y Alonso de Escobar participaron en el acto.


Siguiendo las normas burocráticas comunes a todas las colonias, echaron los trozos de pergamino con los nombres de los santos en el casco de un arcabucero. Pero cuando el azar les ofreció el nombre de San Martín de Tours, la decepción fue general. La poca simpatía que despertaba el santo, no por su persona sino por su nacionalidad francesa, fue motivo suficiente para que se impugnara la elección. El nombre del santo volvió al casco. Se inició otro sorteo. El escribano Fernández leyó la papeleta con el nuevo resultado. ¡Una vez más, San Martín de Tours!


Con apuro y sin culpa, devolvieron a San Martín al improvisado bolillero. Pero, como suele ocurrir, no hubo dos sin tres: el papel con el nombre de San Martín de Tours volvió a salir y, con resignación y fastidio, acataron una decisión que, por lo visto, sonaba a mandato del cielo.