La columna de Fernando Borroni en La Mañana.

expresión? No. Nada de eso, porque nada de eso sucedió para nadie.
Fueron a agradecerles, ni más ni menos, que los haya hecho sentir algo distinto a lo que realmente son. Le fueron a agradecer que durante cuatro años pudieron vomitar, con cierta autoridad legitimada por una época, contra aquel del cual siempre quisieron diferenciarse, por sobre pobre, por ser morocho, por ser peronista…
Le fueron a agradecer que mientras él gozó del poder ellos se sintieron menos miserables de lo que realmente son, y demostraron mientras lo vitoreaban en esa plaza, que nada les importa su vida miserable, mientras aquellos a los que odian les hagan la vida más miserable todo los dias. No fueron a abrazar al presidente que les mejoró la vida. Fueron a abrazar al presidente que destrozó la vida a los que ellos odian. ¿Y porque los odian? No importa. No hacen falta argumentos. Basta con cumplir el mandato del opresor para sentirse un poco par y menos oprimidos.
Esa plaza estaba repleta de hombres y mujeres que se constituyen por lo que no quieren ser y no por lo que son. El resentimiento los hace sentir seres nobles.

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Fueron a reconocerle que por unos años, mientras la plata no les alcanzaba, mientras dejaban de comprar leche y remedios, mientras sus hijos perdían la oportunidad de estudiar, al menos podían ver que a los negros se los tratase como negros, que a los peronistas se los tratase con desprecio, porque eso se merece un peronista.
En fin fueron a aplaudir a un presidente que les dijo de miles de maneras distintas: Señores, señoras, jóvenes, conmigo ustedes pueden odiar. Conmigo pueden mirarse al espejo y encontrar que vuestra monstruosidad no es tan fea, mirenla bien.
Esto ya pasó en la Argentina. Paso cuando una porción de la sociedad vivó a un genocida. En aquella plaza como en la del sábado se celebró la muerte del otro, ese otro que no se valora, se celebró el dolor, se celebró la indignidad.

Por suerte mañana otra plaza se comenzará a gestar. La plaza de la esperanza, la plaza donde el todos y todas cabe más que el vos y el yo. Una plaza que será el inicio de algo tan novedoso como añejo, la tarea de recuperar la Patria.