La columna de Fernando Borroni.

¿La conocen a Margarita Barrientos? Es quien lleva adelante la “Fundación que lleva su propio nombre”, conocido por el comedor “Los Piletones”. Fue entrevistada por una radio, a raíz de los números de la pobreza que se conocieron el día de ayer.

Lejos de manifestar su dolor, su bronca por esta situación puso en valor el discurso de Miguel Angel Pichetto acerca de la pobreza y aseguró: "Si uno busca trabajo, lo encuentra"…"la gente se acostumbró a vivir sin trabajar y con migajas de los planes sociales". Tomó, al igual que el candidato a vice de Macri, el ejemplo de los venezolanos y su facilidad para encontrar trabajo.

Sí, sí. Así como lo escuchan. Una mujer que todos los días, desde su fundación, le da de comer a 3000 familias, y a cada vez más, toma el discurso del poder que genera las condiciones para que 3000 familias, y los más tengan que ir a un comedor a alimentarse y no puedan hacerlo en su casa.

No es mi intención detenerme en Margarita Barrientos porque no es una cuestión de nombres, sino de lo que ellos sintetizan socialmente. Y la expresión de esta dirigente militante del Pro va en ese sentido. Su condición de mujer pobre, más allá de su nombre, es lo que hace que sus dichos tengan la relevancia que tienen.

Propongo que nos preguntemos…

¿Qué daña más? …el opresor haciendo gala de su condición de ser todopoderoso, o el oprimido haciendo gala de su condición de debilidad.

Acá sigue estando el problema, aquí sigue estando el desafío…

Que quien te oprime reivindique su rol, su condición, es parte de su perversidad. Ahora que el oprimido, de una u otra manera, haga gala de su indignidad es temerario. Y al mismo tiempo es el triunfo cultural del poder dominante.

¿Qué daña más?...un porción de la sociedad con una mirada de clase desde donde desprecia a otros. O esos “otros despreciados” sin ninguna consciencia de clase.

https://www.facebook.com/AM750/videos/388787135147961/

El poder dominante trabaja en hacernos inconscientes de nuestros intereses, de nuestra historia, de nuestro ser…Por tanto es evidente que debemos dar una batalla porque cada cual y cada quien tenga claro cuáles son sus intereses.

¿Qué da más bronca que el enemigo te castigue o que te castigue un par?

Estos dichos me figuran estar combatiendo en medio de un campo de batalla a sablazo limpio, defendiéndote del enemigo que todos los días, mata a uno de los tuyos… Y cuando tu escudo de madera recibe un hachazo tras otro, y vos sólo buscas seguir viviendo, entonces seguís luchando cuerpo a cuerpo con quien te quiere muerto. De pronto abrís los ojos embarrados por la batalla, cansado, agitado, herido, golpeado y ves que allí al lado de quien está a punto de terminar con tu vida, está uno de los tuyos… Custodiándole la espalda. Sí espalda con espalda. ¿Con la tuya? No la tuya esta sobre la tierra…Espalda con espalda de tu enemigo que es también el de él, pero parece no haberse dado cuenta…

¿Cuándo es más fuerte el poder que te hambrea?... ¿en el momento en que te está hambreando o cuando logró convencerte que tú hambre te lo mereces?

¿Qué genera más daño a la sociedad, el ladrón que niega que te robo o el robado que niega haber sido robado?

Acá sigue estando el problema, aquí sigue estando el desafío…Y no lo resuelve una elección….

Ahora con cierta maldad me pregunto también: ¿Cuánto y cuánto?

Cuanto tenes de ingenuo, cuanto tenes de engañado, cuanto de sometido y cuando de cómplice consciente y de empresario de los pobres… conozco a tantos…

Violencia es una palabra que también cuadra para todo esto. Por supuesto que el violento es primero, siempre el poder que te hambre, pero es también violento que dios y el diablo, al fin y al cabo, sean lo mismo…

O peor aún…quizás sea más violento aceptar que en términos políticos el cielo y el infierno son un mismo lugar.

“Que lastima que no puedas aceptarte en lo que sos”, que lástima que no puedas ver cómo le sacas filo a la espada que, más temprano que tarde, viene por tu cabeza…