La columna de Fernando Borroni.

Lo hicimos, una vez más. Resistimos, nos pegaron y nos levantamos. Fuimos a buscar a los distintos, nos quitamos de un golpe, o a los golpes los enojos y salirmos a construir poder. Y en el campo nacional y popular sabemos que el poder se construye organizando la mayor porción de pueblo que se pueda. Y se hizo. Y no nos callamos cuando era negocio callarse y no cambiamos el vocabulario, ni el ropaje. Llamamos a las cosas por su nombre cuando se imponía un nuevo lenguaje.

Y pusimos en juego nuestra historia y nuestras convicciones mientras se luchaba incansablemente por borrar la historia y matar la memoria. Pero las convicciones estában, están intactas, hoy en la victoria como ayer en la derrota.

La militancia no paró. Cristina no paró y entendió que se necesitaba de ella otro roll. Alberto no paró y entendió que se necesitaba de él otro roll.

La diferencia aplastante en la elección es directamente proporcional a la violencia con la que ejercieron el poder. Violencia en sus políticas y violencia para contener sus consecuencias.

Lo demoledor del triunfo es directamente proporcional a la mentira con la que gobernaron. La paliza electoral que sufrió María Eugenia Vidal es directamente proporcional al desprecio con que gobernó a los y las bonaerenses.

Ayer la mentira sufrió un límite claro y fue  nada más y nada menos que el pueblo, al que dieron por muerto como tal en más de una oportunidad, quien lo hizo.

La represión tuvo un límite, como lo tuvo el genocidio laboral con los que unos pocos se enriquecieron. Se le puso un claro límite al cargarnos la culpa de absolutamente todo.

La mitad de los argentinos le dijeron que no a la meritocracia, la mitad de los argentinos le dijeron Macri: “ Señor Presidente: los derechos son derechos y  no creencias”

Ayer la politica le ganó al mercado y al merchandising, se le ganó a la puesta en escena.  Se le torció el brazo a la subestimación con que nos trataron estos más de 3 años. Ayer la desidia con la que han gobernando se les atoró en la garganta.

Con toda humildad, tan urgente en estos tiempos de victorias,  quiero manifestar una profunda convicción: “El que no te importe nada del dolor ajeno, tarde o temprano se paga”. Y está bien que así sea. Muy bien.

La realidad se les metió en la urnas y como siempre la han hecho buscaron ocultarla. Tiraron el Smartmatic por la ventana y... “aca nadie sabe nada”. “ Si les pedí que voten sin argumentos, sin argumentos les digo que no hay información y luego los mando a dormir.” Ojalá haya sido su última puesta en escena.

Todo comienza hoy. Por que aún falta una elección más donde hay que ganar de forma contundente, porque a la derecha se le debe ganar siempre por paliza, para que no queden dudas. Para gritar un nuevo “Nunca Más” al neoliberalismo.

Nunca más el hambre porque sí...

Nunca más el desprecio porque sí...

Nunca más la mentira como instrumento de la política...

Nunca más la mirada por sobre le hombre estigmatizando al compatriota...

Nunca más querer destruir la política...

Nunca más la persecución política, ni más presos politicos...

Nunca más a un modelo económico que empobrece a nuestros hijos para que se la lleven “los Macri”.

Nunca más negar a nuestros 30 mil y sus luchas.

Nunca más insultar a nuestras madres y abuelas, ni a nuestros docentes, ni a nuestros científicos, ni a nuestros trabajadores, ni a la militancia, ni a los viejos por viejos, ni  a los jóvenes por jóvenes. Nunca más el silencio impuesto....

Permítanme contarles lo que se susurraba entre abrazos ayer en el bunker del Frente de todos: “Lo hicimos de nuevo”. Y así es.

https://www.facebook.com/AM750/videos/449837705864133/

Resistimos en la noche más oscura y ahora soñamos en este amanecer luminoso y cálido. Cómo la plegaria que esbozó la colega Luciana de la Calle:

Que mis amigos y los tuyos puedan pagar su casa, que tu hermano, tu primo, tu vecino y los mios recuperen su trabajo.

Que mis viejos y los tuyos le alcance la guita para llegar a fin de mes y para salir a dar un paseo,  dos, tres...

Que a nuestros abuelos  vuelvan a tener los remedios gratis...

Que los jovenes puedan estudiar y elegir y viajar, que los niños puedan jugar, sin tener que morir o matar y comer y soñar...

Que tengamos futuro...todos y todas

Y que nunca más nadie nos diga que el pobre no llega a la universidad. Que nunca más nos nieguen como trabajador el derecho a trabajar, a soñar y a ser lo que querrámos ser...

Sandra, Ruben, Santiago y Rafael... Hoy todo es algo más justo