La columna de Fernando Borroni

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Un país en zapatillas blancas, es el sueño de María Eugenia Vidal y Mauricio Macri. 

Cada vez que enfrenta una cámara de televisión repite como un mantra que a los chicos pobres, ahora, sus madres pueden comprarle  zapatillas blancas. ¿Por qué? Porque han asfaltado su barrio.

“Ahora puedo usar zapatillas blancas”...

Cuando escucho a la gobernadora repetirlo, una y otra vez, advierto que existe cierta mirada social en torno al calzado. Este fue durante mucho tiempo, y lo es hoy en muchos sectores, un símbolo de cierto “status social”.

Me acuerdo de adolescente que cuando querías  entrar a un boliche te miraban el calzado y si era el adecuado entrabas, sino no. De hecho hoy en día el mercado de la moda diseña todo tipo de calzado con el objetivo de marcar un status para quienes las usen.

Sin duda que en más de una oportunidad escuchamos a algún “medio pelo de la clase media” o a algún “inquisidor de las clases más acomodadas” decir sobre el pibe de la villa: “¡Viven en una villa, pero se compran zapatillas de 2 lucas!!”. 

La mirada de ese “otro despectivo”, siempre empieza de los pies a la cabeza. Primero el calzado y luego el resto de la vestimenta. Así es el comienzo del estigma comienza desde el pie.

Me hacia acordar Adrian , recien. Que de niños cuando alguien llegaba a la escuela con zapatillas nuevas, los compañeros se la pisaban...¿por que?

Recuerdo también una excelente película chilena,  “Machuca”. Machuca se llamaba Pedro, Pedro Machuca un niño de 12 años pobre que vivía en una villa en Santiago de Chile. Durante el socialismo de Allende compartió su escuela con algunos niños ricos. Se hizo amigo de uno de ellos, Gonzalo Infantede la misma edad. Siempre jugaban, tanto en el caseron del barrio burgues, como en la villa. Su amistad se habia forjado durante un largo año. Pero un día llegó el golpe de Pinochet, los militares golpistas entraron a los barrios humiledes y comenzaron una racia. Llegaron al barrio de Machuca , donde él y Gonzalo y comenzó una brutal represión... Todos corrian desesperados, los niños, los ancianos era arrastrados por el suelo de esas calles de tierra. Gonzalo busco huir, pero un militar los detuvo y cuando estuvo a punto de apalearlo le grito al milico: “No me haga nada, por favor, míreme…mireme las zapatillas... El milico las miró”… y lo deja ir… 

¿Qué le estaba diciendo? Yo no soy de aquí, yo no soy como ellos, yo no pertenezco a este mundo miserable. 

Mirenme las zapatillas para contarles como vivo...

¿Es que el calzado nos cuenta? Para una mirada de clase sí. Ellos nos miran desde el pie.

Vidal se refiere, quizás, a que ahora pueden mostrar una cierta apariencia que les permita sentir aquello que no viven. Ahora quien los mire podrá creer que por tener zapatillas nuevas y blancas han llegado a algun rincón social que los averguenza menos. Es todo una cuestión de imagen. ¿Eso querrá decir?

Podes ser más pobre que antes, podes vivir un infierno dentro de tu casa, de tu casilla, pero al salir caminarás sobre el asfalto y así no se ensuciaras tu calzado aunque tu vida se haya enchastrado por el desempleo, por el hambre, por la falta de oportunidades. Y tu gobernante dirá que en tus zapatillas blancas está el progreso, en ese color inmaculado está tu paz, en esas zapatillas estan sintetizadas tus ambiciones, tus deseos, tus necesidades.

Es que quien oprime quiere hacerle creer al opresor que sabe de sus sentimientos mas intimos y a nosotros quieren hacernos creer que ellos simplemente sueñan con zapatillas blancas...  

Es tan estigmatizante decir que el pobre no llega a la universidad, como afirmar que el pobre es feliz porque puede usar zapatillas blancas.

El pais de cambiemos es un país de zapatillas blancas, pero sin caminos en donde pisar, sin senderos por recorrer.

No hay discusión política, ni pulsión  politica posible en el color de las zapatillas, si hay pulsión politica en donde caminas con ellas y hacia donde. 

Cada mañana en que calzas tus pies. ¿ a dónde vas? ¿para llegar a donde te atas los cordones de esas zapatillas blancas? ¿para caminar hacia esas largas colas por un empleo mal pago pero urgente?, ¿hacia donde van tus hijos con las zapatillas blancas? , ¿a una escuela donde  tienen que ir comer, porque si no le dan de comer en la escuela no come?

Si tus pibes usan las zapatillas para correr de la policia poco importa si  son blancas, negras o rojas...

A veces me convenzo que si tenes a donde ir en la vida, en pos de los sueños, de las oportunidades vas descalzo si hace falta. Lo importante es que el camino este allanado por un Estado que lo embellezca cada día, que le haga más caminos, que los multiplique y que te deje transitarlos en libertad. De ser así podes ir con zapatillas, zapatos o alpargatas, da igual.

Vidal promete un pais en  zapatillas blancas pero sin senderos por donde ir, sin faros a los que alcanzar.

Macri promete un pais en zapatillas blancas pero te saca las ganas de caminar.

Larreta promete un pais en zapatillas blancas pero sin medias para abrigarte en pleno invierno.

Un país en zapatillas blancas para correr hacia el pasado.