La columna de Fernando Borroni

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Cuando ayer, en el día de la bandera, escuchábamos a Mauricio Macri frente a decenas de niños hablar de cualquier cosa menos de Belgrano, de cualquier cosa menos de su lucha por la independencia, del porqué y del para que de nuestra bandera, y a los gritos les habló de patotas, de mafia, de arbitrariedad recordé la campaña que llevó adelante el gobierno cuando Santiago Maldonado estaba desaparecido a causa de la represión de gendarmería en la comunidad de Cushamen. "Con los chicos no" era el lema del gobierno y sus medios. Mientras toda una sociedad lo buscaba, en las escuelas se intentó informar y educar a los chicos en lo que significaba que en nuestra argentina, luego de todo lo que vivimos haya un nuevo desaparecido.

Cuando todos nos preguntábamos: ¿Dónde está Santiago?, el poder buscó censurarlo. Estigmatizaron a los docentes, persiguieron a los padres que impulsaban el debate en las escuelas. Desde la alcahuetería periodística se gritaba, ¡"con los chicos no"!... “Porque a los chicos no hay que hablarles de política”.  El ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, afirmó por aquel entonces: “es grave cuando se introduce la lucha político partidaria en la escuela”. La ministra de educación de la ciudad, Soledad Acuña, la misma que intentó cerrar 14 escuelas, decía en aquellos tiempos: "los chicos no pueden ser parte de una disputa política". 

¡Qué llamativo!… Ahora parece ser que con los chicos Sí. A los chicos no se les podía hablar de derechos humanos, no se les podía generar conciencia de que cada vida vale y que es el Estado quien debe cuidarnos y no desaparecernos, pero si se puede hablar de mafias y usarlos de escenografía para vomitar su odio, un odio hoy desesperado por miedo a perder el poder.

Una discreción…Espero que Jorge Lanata haga un informe en su programa diciendo que el presidente es un violento, dado que hace 15 días estaba diciendo que era violento poner a los chicos a leer, frente a una cámara, el libro de Cristina.

Evidentemente el presidente no tenía ganas o no sabía que decir acerca de Belgrano y nuestra bandera, que lástima que, al menos, no se le ocurrió explicarles a esos chicos que allí estaban, porque tiene a la mitad de ellos, de los parecidos a ellos, de los de su edad, bajo la línea de pobreza. Qué pena que no se le ocurrió explicarles porque la mitad de ellos no pueden jugar porque tienen que salir con los padres a buscar una moneda para comer. Que bronca que no les haya expresado porque, en estos últimos 3 años, les quito la posibilidad de tomar leche, que bronca que no les dijo el porque su padre o su madre llegan a su casa vencidos por la indignidad de no tener trabajo. 

No quería hablar de la bandera, hábleles de su vida. No de sus miserables disputas por mantenerse en el poder para seguir enriqueciéndose.

En el fondo lo que tenemos que asumir, a esta temperatura del infierno, que para  Mauricio Macri, para sus funcionarios, para la derecha, para el neoliberalismo nada, ni nadie tiene forma, ni contenido, ni historia, tiene identidad, ni un porque y un para que.Todo vale uno y cuando todo vale uno, todo vale nada.

No hay niñez, no hay ancianidad, no hay juventud, no hay discapacidad, no hay derechos. No hay dolor ajeno, sino ambición personal. No hay falta de oportunidades sino vagancia. No hay memoria, sólo un pasado al cual echarle la culpa de todo. No hay presente porque los desnuda y no hay futuro sino falsas promesas.

¿Cuáles son sus banderas? ¿Cuál es su música, cuales sus canciones? ¿Cuáles son sus poesías y poemas? No hay patriotas porque no hay proyecto colectivo por el cual luchar.

Nadie merece respeto porque precisamente son “los nadie” que ellos multiplican. “Los hijos de nadie, los dueños de nada, los nadies, los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos” grita, desde los cielos libertarios, Eduardo Galeano.

Y no pueden verlo, concebirlo porque son ellos quienes en el fondo no tienen contenido, no tienen forma porque se moldean a lo que les conviene.

¡No tienen Patria! Mauricio Macri no tiene patria. Por eso no juró por ella cuando asumió. Por eso ya es tiempo de gritar, con ímpetu de niño si se quiere, que quien ame a la patria debe ser un acérrimo militante contra este régimen.

No saben lo que es trabajar por eso desprecian al trabajador y jamás lo comprenderán en su lucha y en sus sueños, por eso ya es tiempo que ningún trabajador puede votar a estos esclavistas.

No saben lo que se siente cuando nada se tiene, por eso no se limitan en quitártelo todo, por eso nadie que quiera salir del pozo puede votar a los dueños de la pala quienes mandan a cavar miles de ellos para luego empujarnos...

No tienen idea de la vida de aquellos que murieron por tener una bandera,  mucho menos idea tienen lo que significa luchar por un proyecto para todos. No cabe en sus cabezas un Manuel Belgrano, es incomprensible. No cuadra en sus parámetros de lo que significa vivir.

No hay esencia ni personal, ni política en quienes nos gobiernan, sólo existencia. Lástima que su sola existencia daña nuestra esencia y hace imposible nuestra existencia-