La columna de Fernando Borroni.

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La política no se define por las características de sus dirigentes, por la de sus líderes.

Si bien los dirigentes y los líderes suelen sintetizar ideas, convicciones y una mirada sobre el país, no signifíca que en ellos se agoten las definiciones políticas. Esto está claro para muchos, pero para otros tantos, y tambien muchos, no.

Lo más sano para una democracia que quiere mantener vivo el mejor de sus instrumentos,  la política, es que se voten y se discutan proyectos, modelos de y no sólo a hombres y mujeres.

La ecuación sería que en el momento de elegir se haga por aquel que puede, de alguna manera, representar esas ideas muchas más profundas, mucho más abarcartivas de lo que cabe en un cuerpo humano, en su intelecto y su accionar.

Por lo tanto es un desafío de este presente, describir y descubrir que hay detrás de ese hombre y esa mujer que conducen y lideran.

En estas elecciones la batalla no esta dada en  ganarle a  Macri, sino es ganarle a  lo que representa y a aquellos que los sostienen y los constituyen.

No enfrentamos a Mauricio Macri. Detrás de él está el FMI, por lo tanto nos enfrentamos a interés extranjeros cuyo poderío económico  puede cambiar las condiciones de un país y la coyuntura propia de las elecciones. Nos enfrentamos a un poder económico concentrado que en caso de perder Macri, pierde tambien poder político en la región. Por lo tanto no es Macri, es el FMI. La batalla es por independencia económica.

Darle una pelea al actual presidente signifíca confrontar con el medio que lo construyó políticamente, que le blanqueó la imagen cuántas veces lo necesitó, que le generó la campañas mediáticas oportunas para construir una realidad paralela a la que nos obligó a vivirla como propia.

Que por tanto, si pudieron hacerlo hasta hoy, pueden hacerlo en este presente y de cara a lo futuro.

Porque no es Macri, es Clarín. La batalla es por la libertad de prensa y la pluralidad de voces.

El porblema no es un presidente debilitado políticamente, no es un hombre que apenas puede armar una oración, el porblema es lo que ese hombre legítima como dirigente.

No es Macri es la mano dura, es el gatillo fácil, es la represión, es el sistema represivo que sintetiza Macri. Es Bullrich, que es Vidal, que es Macri, que es Clarín, que es el FMI. Que consituyen un todo.

La disputa no es con el titere, sino con el titiriero que construye cultura y nos dice que el otro es un enemigo al cual hay que perseguir, que nos dice que si a vos, en tu mundo individual, estás bien, todos vamos a estar bien.

 No es Macri es la maldita meritocacracia y el individualismo. El individualismo que no es otra cosa que un genocida social.

No nos enfrentamos a un candidato, que a esta altura es impresentable. Nos enfrentamos a la capacidad de odiar y de hacer de ese odio una acción  política.

No es Macri es Comodoro Py, es la mafia escribiendo las sentencias en la Argentina y un Estado, en su poder ejecutivo, legislativo y judicial a la medida de un poder autoritario que ha destruido el Estado de derecho.

No es Macri, son quienes sostienen el libre mercado en una clara ofensiva contra la industria nacional.

No es Macri el candidato. Se pelea contra el negacionismo que quiere desterrar nuestra memoria para darle la libertad  a los genocidas.

No es un tal Mauricio, luchamos contra una mirada de clase que esta convencido, desde su mas soberbio y perverso ser, que el trabajador debe ser un empleado y que el pueblo debe esperar el derrame de quienes menos tienen.

No es Macri. Macri es historia y de la más oscura...Es quienes lo sostienen en sus fondo y sus formas. No es Macri, son los que construyeron el macrismo.